La taza eterna o el vaso efímero

La taza eterna o el vaso efímero
 ALDANA JENNY
TP 5 SENTIDOS
(la intención en este texto es ver como se relega la capacidad de sentir y disfrutar, por la vida cotidiana que hace que cambiemos algo por falta de tiempo y con eso no nos damos cuenta de que perdemos todo incluso la capacidad de sentir)

Apenas un índice y un pulgar en alto alcanzan para que el gesto sea interpretado en cualquier bar del mundo: los dedos dibujan una “c” de café y, a la vez, replican el tamaño de una taza. En los últimos tiempos, el  vaso de cartón que importaron las cafeterías multinacionales le está robando protagonismo al pocillo de porcelana : tan cosmopolita él, con su tapa de plástico, el logo estampado y el nombre del dueño rotulado con marcador, siempre en diminutivos que hacen sentir al bebedor de vuelta al jardín deinfantes  (no puedo lograr que escriban el distante “Aldana” en lugar del confianzudo “Aldi” o, peor: “Aldu”).
Para disfrutar del espresso, la tradición italiana aconseja usar las tacitas cónicas de porcelana, con el fondo curvo para que la crema se extienda bien y no pierda nada de textura, espesor o color, y siempre de punta en blanco para que el ojo de buen catador pueda apreciar los tonos de la espuma y el café. Pero del vaso de cartón el prestigioso The New York Times dijo que es “un emblema tan vívido como la Estatua de la Libertad” o “la más perdurable pieza efímera en Nueva York”.       

Desde entonces, se convirtió en un ícono de la vida cotidiana en las grandes ciudades y tuvo infinitas imitaciones, en versiones altas, grandes, medianas y pequeñas.
Se podrá decir que este  reemplazante de la taza no conserva los atributos milenarios del café , no permite apreciar su olor al entrar a una confitería mientras te sentás,  y esperás a  ser atendido, inhibe la capacidad de sentir el frio de la porcelana contra lo caliente del esspreso en tus labios ,y por si fuera poco te arrebata el momento de degustar en paz una taza de café mirando la nada y reflexionando sobre la vida, mientras escuchás de fondo los murmullos de aquellas personas que hacen lo mismo que vos ,”tomarte 5 minutos para disfrutar de una buena taza de café”.                                          

 Todo esto se ve relegado para que un oficinista apurado pueda beber su vainilla latte de camino al trabajo.



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